⛄ 47-T4: Persiguiendo la zanahoria más "rica" y un mundo conectado bajo el océano
«Dime quién te admira, quién te quiere... Y te diré quién eres» — Antoine de Saint-Exupery ✍️
👋 Hola! Bienvenido a Esto me interesa, gracias por pasarte otro día más por aquí (🥰). Muchos echáis de menos las efemérides y esta última semana de noviembre tiene muchas. Aquí van dos: El 30 de noviembre de 1982 Michael Jackson lanza el álbum “Thriller” (🧟) y el 30 de noviembre de 1874 nace Winston Churchill (🎙️). Espero que disfrutes de las lecturas de hoy y de la semana que tenemos por delante. Un abrazo 💙🤖 Tech Lab
Dos estrategias muy diferentes para un mismo fin: Rentabilizar al máximo la fiebre de la Inteligencia Artificial Generativa 💸
Menuda “semanita” en los mercados de valores:
En Esto me interesa, más allá de las Bolsas, lo que más me está llamando la atención últimamente son los caminos tan diferentes que están tomando los laboratorios de IA más importantes del mundo. Anthropic (desarrolladores de Claude) y OpenAI (desarrolladores de ChatGPT) aspiran a lo mismo: Crear el modelo de IA más potente del planeta y rentabilizar su impacto en la productividad de todos nuestros procesos (tanto personales como empresariales, tanto creativos como productivos). Esta semana Anthropic anunció acuerdos importantes con Microsoft y Nvidia (noticia aquí) y se han publicado unas proyecciones financieras que los llevarían a la rentabilidad más rápido que a OpenAI: “Anthropic Is on Track to Turn a Profit Much Faster Than OpenAI”.
Sam Altman (CEO de OpenAI) y Dario Amodei (CEO de Anthropic) representan dos maneras muy distintas de entender el mismo fenómeno histórico. Por un lado, Anthropic, impulsada por el crecimiento de su asistente Claude en entornos de programación y uso corporativo, ha trazado una senda que le permitiría alcanzar el punto de equilibrio (ingresos totales = costes totales) en 2028. ¿Cómo? Con un control bastante estricto de sus costes y una disciplina financiera al estilo Tim Cook en Apple. En el extremo opuesto, OpenAI, creadora de ChatGPT, proyecta para ese mismo año unas pérdidas operativas cercanas a los 74.000 millones de dólares y no espera entrar en beneficios hasta 2030. Profundicemos un poco en los números:
Las diferencias son claras, pero ahora mismo es prácticamente imposible predecir quién tiene la mano ganadora: La empresa que prioriza convertirse en un negocio eficiente y rentable, o la que asume márgenes mínimos e incluso negativos durante varios años para construir una posición de mercado que sea inalcanzable para el resto de competidores.
De hecho, las discrepancias entre OpenAI y Anthropic también afloran cuando analizas su cartera de clientes. Estos datos son muy interesantes. Aproximadamente el 80% de la facturación de Anthropic viene de clientes corporativos (empresas que utilizan Claude como herramienta para optimizar sus procesos productivos vía API), mientras que OpenAI apuesta mucho más fuerte por construir una gran base de usuarios personales (ChatGPT tiene más de 800 millones de usuarios activos semanales). Nuevamente dos estrategias muy diferentes: Menos clientes pero más rentables (clientes empresariales con tickets altos) o muchos más clientes pero menos rentables (clientes personales que pueden ser de pago o no).
Sam Altman lo tiene muy claro, la estrategia de OpenAI es construir, casi a cualquier precio, un gigante tecnológico que marque el ritmo de la IA controlando toda la cadena de valor (infraestructura, entrenamiento de modelos y distribución). Pero esa apuesta implica convivir con un régimen de financiación casi permanente y expone a OpenAI a un golpe durísimo si los mercados se cansan de las promesas de beneficios futuros. Dario Amodei piensa diferente, Anthropic se posiciona como una empresa de crecimiento rápido, pero de espíritu más sobria y predecible. Los costes de mejorar el negocio con Claude aumentan, sí, pero a una velocidad mucho más equilibrada con la evolución de los ingresos que va generando.
Quizás el tiempo le dará la razón a uno de los dos… O a ninguno. La semana que viene hablamos de Google 😉
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📊 Esto me interesa
Infraestructura arriba en las nubes y abajo en los océanos: Se acelera la batalla por gobernar la red de cables submarinos 🌊
Siempre me ha fascinado este tema. Me parece increíble que bajo nuestros mares tengamos una red de cables que conectan nuestro mundo. Más del 95% del tráfico internacional de datos viaja por 1,5 millones de kilómetros de cables submarinos. Hilos de fibra óptica de vidrio enterrados en la más absoluta oscuridad, pero que sostienen todo nuestro ecosistema digital. Sin estos cables no es que Internet se “caería un rato”, es que simplemente dejaría de existir tal y como lo conocemos. Atento a este mapa de Greg Mahlknecht:
Esta red global, que nosotros como ciudadanos apenas percibimos, es el resultado de una evolución tecnológica de más de siglo y medio: Desde el primer cable telegráfico comercial tendido en 1850 entre Dover (Inglaterra) y Calais (Francia), pasando por los cables coaxiales que transportaron conversaciones telefónicas durante el siglo XX, hasta las actuales fibras ópticas que alimentan Internet y la nube. En plena expansión de la Inteligencia Artificial y con la escasez de computación que se atisba, estos cables se han convertido en un nuevo frente de batalla para las grandes tecnológicas.
En apenas una década, Meta, Google, Amazon y Microsoft han pasado de ser los usuarios más importantes de la red de cables submarinos a controlar aproximadamente la mitad del mercado. Ya no se conforman con alquilar capacidad: Quieren diseñar y ser dueños de las rutas por las que circularán los datos. Dicho y hecho, entre 2025 y 2027 se prevén inversiones cercanas a los 13.000 millones de dólares en nuevos cables, casi el doble que en el periodo 2022–2024:
Meta ha anunciado Project Waterworth, un cable de unos 50.000 kilómetros que conectará cinco continentes y que aspira a ser el sistema submarino más largo del mundo de propiedad íntegramente privada.
Amazon ha lanzado Fastnet, que unirá la costa de Maryland con Irlanda y ofrecerá una capacidad suficiente para transmitir millones de películas en alta definición de forma simultánea.
Google suma ya más de treinta proyectos propios, entre los que destaca Sol y su conexión de Estados Unidos con Bermudas, Islas Azores y España.
Traducido a lenguaje llano: Quien controle la red de cables submarinos conseguirá una ventaja competitiva única a nivel de infraestructura.
Lo interesante aquí es que, más allá de la belleza ingenieril de estas “tuberías”, tenemos un problema entre dependencia y fragilidad. En regiones mal conectadas, el corte de un único cable puede aislar un país entero. De hecho, Tonga lo vivió en 2022, cuando una erupción volcánica submarina cortó su único cable internacional y lo dejó prácticamente desconectado del mundo. Más recientemente, varios cortes en el mar Rojo también provocaron problemas serios en servicios en la nube para usuarios de Asia y Oriente Medio. Al fin y al cabo, todo depende de fibras de vidrio enterradas a miles de metros de profundidad que están expuestas, son vulnerables y difíciles de mantener.
Todo esto se complica aún más con la situación geopolítica actual. Históricamente, la mayoría de incidentes han sido accidentales. Pero en un contexto cada día más hostil, la línea entre el accidente y el sabotaje se vuelve peligrosamente difusa. Voces expertas apuntan a que los cables submarinos se están convirtiendo en un frente más de la llamada “zona gris”: Ese espacio intermedio entre la paz formal y el conflicto abierto donde se producen presiones, amenazas y acciones encubiertas que no terminan de cruzar del todo la línea de la guerra declarada. Tanto es así que la OTAN ha desplegado operaciones específicas de vigilancia de cables en regiones como el Báltico para monitorizar nuestras rutas críticas.
La red de cables submarinos está en un momento especialmente interesante porque tiene que responder a tres frentes simultáneamente:
La economía: Las Big Tech quieren controlar la infraestructura y ganar una ventaja competitiva en el negocio de la Inteligencia Artificial Generativa.
La tecnología: Estamos en plena carrera por conseguir más ancho de banda, menor latencia y más resistencia.
La geopolítica: Cada bloque estratégico está tratando de proteger, vigilar e influir sobre sus redes más críticas.
¿Conocías esta infraestructura bajo nuestros mares? ¿Qué te parece? Te leo en comentarios 👀
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📷 Portada de la semana
El concepto chino de “La Nueva Ruta de la Seda” me parece un auténtico temazo. Es increíble la inversión que está acometiendo China para construir la red logística más importante del nuevo mundo. Hace un par de ediciones hablamos de la geopolítica detrás de los buques rompehielos (aquí). Esta infografía de LaSexta representa la “Ruta Polar de la Seda” y es muy ilustrativa. China busca apoyarse en la Ruta Marítima del Norte rusa para conseguir reducir en 7-20 días el tránsito entre Asia y Europa respecto al paso por el canal de Suez. Es un proyecto a medio-largo plazo muy ambicioso, seguiremos su evolución 🔎
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📽️ Rincón de pensar
Cómo un niño del 2005 decide dejar de trabajar para el algoritmo de TikTok y compone la canción más atemporal del momento 🎶
El pasado sábado volví a sufrir una pataleta musical mientras escuchaba de fondo la radio. Pocas canciones “nuevas” me gustan. Quizás debería hacer caso a Pedro Sánchez y darle una oportunidad a Radio 3. Poco después sonó “Back to friends” de Sombr y se llevó toda mi atención, me encanta esa canción. Desde entonces he leído mucho sobre su historia. Antes de hablar de eso, te dejo esta versión en directo grabada en los estudios de Audiotree. Toda la banda suena espectacular y mola mucho ver a gente tan joven creando piezas que perfectamente podrían ser de los ochenta. Dale una oportunidad 👇
Sombr, Shane Michael Boose, nació en Nueva York en el año 2005 (!!). Qué viejo me hace sentir esto. Se formó musicalmente en la escuela secundaria de artes LaGuardia, donde asistió a entrenamiento vocal clásico y ópera. Con 16 años, su canción “Caroline” se viralizó en TikTok y firmó con Warner Records. Aquí empieza lo interesante de su historia. Dedicó su adolescencia a repetir el éxito de su primer hit y fracasó estrepitosamente. Lanzó 18 nuevas canciones y ninguna funcionó. Sombr entró en un bucle de ansiedad e inseguridad muy grande. Cuando todo parecía torcerse, decidió olvidarse de componer música para el algoritmo de TikTok y apostó por producir canciones que realmente le hiciesen sentirse orgulloso. Así surgió “Back to friends”. En julio se convirtió en la canción más escuchada de todo Spotify. Súper interesante esta entrevista 🤓
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Pedro Sánchez, la Sexta... No me había suscrito a esta newsletter (muy buena por cierto) por política... :/